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¡Descorchando la aventura! - Capitán Rockhopper

¡TODOS A BORRRDO! Tengo mucho que contarrr. Puede que ya hayan oído hablar de mi Botella de Vientos Favorables. Es un raro tesoro pingüilante que obtuve al derrotar al fantasmal Shellbeard. Claro que podría contarrrse otra historia, pero esta es mi versión de la historia.
Les explico. Esta botella libera fuertes vientos cuando se le retira el corcho. ¡Ideal para un pirata! Sobre todo para un pirata que desee explorARRR el Mar de vidrio plano. Este mar jamás ha sido tocado por viento natural. Es tan tranquilo, que podría afeitarme la barba utilizando su superficie como espejo (¡aunque yo NUNCA me cortaría la bARRRba!)
Descorché mi Botella de Vientos Favorables y me lancé a navegar por el Mar de vidrio plano. ¿Por qué?, se preguntarán. Porque nadie ha podido navegar este mar a excepción de los antiguos pingüilantes. Después de todo, disponían de la Botella de Vientos Favorables, así que este era el mayor escondite del mundo para ellos.
Pronto encontré lo que esperaba: ¡la espiral! Puede hallarse en las proximidades de cualquier ruina de la Isla de Club Penguin, y aquí vi una en una gran roca que emergía del agua. ¡Había encontrado otra parte de la hundida Pingüilantis! Giré en redondo y orienté la punta del Migrator hacia la piedra.
Puede que no haya sido mi mejor plan. Verán, Pingüilantis se hundió, pero algunas partes no se hundieron del todo. Quedaba poca distancia entre el navío y la piedra con la espiral, ¡cuando escuché un terrible sonido de RRRRRRRASPÓN proveniente del fondo de mi barco! ¡Me había lanzado de lleno contra las ruinas que se ocultaban bajo las aguas!
Mala cosa, grumetes. El viejo Rockhopper pensó que se quedaría atascado en ese pedazo de roca hasta que su barba se volviese gris.
Sin otro medio para salir, me vi obligado a recurrir a la actividad más temida y odiada de los piratas… ¡NADARRRRR! Nadé hasta las ruinas en busca de madera con la que arreglar mi barco antes de que se llenase de agua. La madera empapada que encontré no era el tesoro que me imaginaba, pero en ese momento me pareció tan valioso como el oro. Taladré las planchas en el barco, esperando que aguantaran hasta que pudiera regresar a la Isla de Club Penguin.
Ya estoy de vuelto, pero mi pobre Migrator necesita reparaciones. Está raspado y roto bajo la línea de flotación. Quizá de momento deba utilizar la Botella de Vientos Favorables únicamente para refrescARRRRme en los días calurosos…

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